miércoles, 24 de noviembre de 2010

Silencio en un país de sonrisas.



Pasan las horas y aún sin dormir.

He vuelto a Phnom Penh en una semana gris, sin ruido, sin sol.Sin más de 456 personas, que hasta el Lunes aún paseaban por sus calles.

-Camboya es como un cuarto oscuro, una habitación llenita de sonrisas convertidas en silencio-, pensaba ayer noche tumbadita en mi sofa. -Me cuesta mucho esfuerzo sentir tanto silencio y tristeza en éste país en donde inundan las sonrisas-, seguía pensando...

Es el Water Festival, y en PP donde millones de personas festejan la fiesta , ahora en cada esquina se habla del asunto y las familias construyen altares en las puertas de sus casas. Los plátanos, el incienso y el arroz adornan sus calles.
Camboya está huérfana desde el pasado Lunes a causa de la tragedia del Puente que dejo sin vida a centenares de personas y a más de 700 heridas.
Actualmente se sabe que los familiares aún están identificando los cadáveres con foto en mano mientrás la televisión Nacional Bayon muestra imágenes horrorosas de cómo se están arrancando con tenazas los dientes de oro de las victimas en los hospitales.

El Gobierno se limpia las manos, y vuelve al numero inicial de víctimas, despreocupándose del aumento diario de las mismas y haciendo caso omiso de las acusaciones por parte del pueblo, que dice que la mayoría murió electrocutado debido a la continua iluminación del puente y la cantidad de agua arrojada por los policias . Pero la mayoría coincide en que la estampida de personas(muchos creían que el puente se caía), 3000 personas en el puente, unas entrando y otras saliendo, suspuso un colapso tal, que ninguno pudo salir por sus propias manos. Resultado: un tapón de tamaño considerable.

La verdad, me cuesta escribir esto sin llorar y sentir un ODIO tan grande ante éste Gobierno de mierda .
Grima daba verle el otro día al Primer Ministro Hung Seng llorando en la TV e intentando dar pena a los camboyanos.Patético.

Y los que quedamos , no hablamos.Aquí no se habla, no se dice nada.Es el país del Silencio.

Desde hace 30 años que Camboya no sufría. Ahora, a Camboya le duele el alma.

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